Escrito por Lunatika
Cómo dije en el número 5 de nuestra revista digital, los verdaderos survival horror cada vez son más escasos. Ya sea porque el verdadero terror no vende y las empresas no le apuestan, o porque quienes quieren hacerlo, mucha veces no tienen los recursos. Hacer un videojuego no es tarea fácil, no sale gratis. Y crear una nueva IP no es algo de todos los días. AMY es de esos juegos que prometía convertirse en un survival horror hecho y derecho, de aquellos de la vieja escuela. Pero fracasó, fracasó como le sucedió a I´m Not Alone o a Afterfall Insanity. La premisa e idea central de nuestro juego en cuestión y de los dos citados anteriormente eran buenas, pero ¿qué pasó? Oh! el factor dinero fue el que los aniquiló.